Servicio de estudios: Colaboraciones
22-01-2006

Vivir de rentas

Vivir de rentas es una aspiración, ampliamente compartida, que cada día está más cerca de cumplirse… al menos para la tercera edad. Uno de los productos financieros con mejor trato fiscal en la actualidad es el Seguro de Rentas Vitalicias, que permite el cobro vitalicio de complementos de pensión exentos de tributación hasta en un 80%, lo que unido a la alta rentabilidad por ser una inversión a largo plazo, lo convierte en una de las inversiones más ventajosas para la tercera edad.

En la misma línea caminan las reformas fiscales anunciadas por el Gobierno. Los Fondos de Inversión pueden constituirse en auténticos instrumentos de ahorro-previsión, que contarán con incentivos fiscales si el reembolso se realiza tras la jubilación y en forma de renta vitalicia. Los Planes de Pensiones contarán con ventajas fiscales adicionales si las prestaciones se perciben como renta.

Parece pues posible vivir de rentas pero: ¿qué ocurre si nuestras necesidades se incrementan mucho? ¿Y si dependemos de otros para realizar las actividades básicas diarias? Hoy ya existen productos como la Hipoteca Inversa que rentabilizan la importante revalorización de nuestras casas, obteniendo muy elevados complementos de pensión, sin renunciar al uso vitalicio de ellas. Asimismo, la reforma fiscal avanza en esta dirección al contemplar la exención total de las plusvalías por venta de vivienda si ésta se dedica a obtener un complemento de pensión.

Y de la Ley de Dependencia, que regula la ayuda a personas mayores de 65 años con necesidad de ser atendidos, ya hablaremos otro día.

Rodrigo Galán Gallardo (rgalan@ibercaja.es). Ibercaja Vida. Heraldo de Aragón, 22 de enero de 2006.

A TENER EN CUENTA

Los Seguros de Rentas Vitalicias permiten el cobro vitalicio de complementos de pensión exentos de tributación hasta en un 80%. Dada su alta rentabilidad, se convierten en una de las inversiones más ventajosas para la tercera edad. A su vez, productos como la hipoteca inversa permiten asumir gastos especiales sin renunciar al uso de la vivienda.


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