Servicio de estudios: Colaboraciones
18-11-2007

¿Cambio de tercio?

El Ibex 35 cotiza estos días en torno a los 16.000 puntos, triplicando casi el nivel mínimo alcanzado en 2003 con motivo de la guerra en Irak. Es decir, el índice acumula una revalorización de prácticamente un 200% en cuatro años. La favorable coyuntura de la economía española ha respaldado la solidez de las cuentas de resultados corporativas.

No obstante, en los últimos meses, la crisis subprime en Estados Unidos ha enfriado los mercados de crédito, el petróleo ha seguido un rally alcista hasta rozar los 100$ por barril y el euribor a 1 año ha llegado al 4,7% (desde el 2% en 2004). En España, las tensiones en los precios vuelven a escena (IPC de octubre en el 3,6%), el mercado inmobiliario pierde fuelle de manera ya manifiesta y disminuye el ritmo de creación de empleo. En definitiva, se avecinan tiempos no tan buenos para la lírica, como reflejan las previsiones emitidas por los organismos internacionales de referencia, que anticipan una marcada desaceleración –no recesión- del crecimiento del PIB nacional para 2008.

Conviene preguntarnos si este nuevo escenario económico activará también un cambio de tercio bursátil. En general, las empresas cuyo negocio dependa básicamente del mercado español sufrirán más el descenso de la demanda. Sin embargo, las compañías que han diversificado con éxito su actividad en otros países, entre las que se encuentran las grandes del Ibex (incluidas las constructoras), podrán compensar la menor facturación doméstica con el crecimiento en mercados exteriores, aprovechando el mayor logro reciente de nuestra economía: la internacionalización de las empresas.

Enrique Barbero Lahoz (ebarbero@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 18 de noviembre de 2007.

A TENER EN CUENTA

El Ibex 35 acumula una revalorización de casi el 200% en cuatro años, apoyado por la favorable coyuntura. No obstante, condicionantes externos e internos anticipan tiempos menos buenos para la lírica en la economía nacional. Aún así, las compañías que han internacionalizado con éxito su actividad podrán compensar la menor facturación doméstica con el crecimiento en mercados exteriores.


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