Servicio de estudios: Colaboraciones
10-01-2010

2010: año de respuestas

Comienza un nuevo curso bursátil y los inversores se plantean cuales serán las principales cuestiones que marcarán la evolución de los mercados durante los próximos doce meses. 2010 tiene que ser un año de respuestas a los numerosos frentes que existen abiertos en la actualidad. El sentido en el que se resuelvan estos debates decidirá si el nuevo año será positivo o negativo para la inversión en bolsa.

Sin duda, la cuestión central en este ejercicio será la retirada de las medidas extraordinarias, tanto monetarias como fiscales, lanzadas para evitar lo que podría haber sido una depresión económica a nivel global. Los mercados financieros y la economía real han sido testigos de un gran impulso durante la segunda mitad del 2009, gracias a las manos protectoras de las autoridades monetarias y los Estados. Sin embargo, esta protección será retirada durante los próximos meses y posiblemente a mediados de año, los inversores se enfrenten a subidas de los tipos oficiales del dinero hacia niveles más normalizados. Tradicionalmente, este tipo de anuncios ha provocado movimientos de corrección en los mercados, que si bien suelen presentar una duración limitada en el tiempo, nos llevan a recomendar una mayor prudencia en nuestras inversiones.

En este sentido, en 2010 también deberíamos obtener más luz en el debate abierto entre las presiones deflacionistas e inflacionistas. En el delicado entorno macroeconómico actual en el mundo occidental, con la demanda de bienes limitada y un manifiesto exceso de capacidad productiva instalada, lo lógico sería que las presiones inflacionistas se mantuviesen bajo control. No obstante, los efectos secundarios de las medidas extraordinarias de inyección de dinero en los mercados todavía son inciertos. Además, la demanda de materias primas por parte de los países emergentes sigue siendo fuerte. Estos dos factores podrían provocar un repunte excesivo de los precios, lo que haría que la retirada de medidas extraordinarias y las subidas de tipos fuesen más abruptas de lo deseado por los inversores, prolongando una posible corrección.

Otro foco de especial atención será la evolución de los beneficios empresariales, uno de los principales motores para la evolución de las bolsas. Si en la segunda mitad del año pasado los beneficios empresariales se estabilizaron gracias a importantes medidas de reducción de costes, en 2010 los mercados apuestan por una recuperación de los resultados corporativos. Para que se cumpla esta expectativa, será necesaria una reactivación de los ingresos de las compañías que, a día de hoy, todavía siguen cayendo. Por tanto, habrá que seguir con especial atención los comentarios de las compañías acerca de una mejora en la demanda. En caso de que ésta no se produjese, consideramos que las cifras de resultados podrían decepcionar a los inversores que esperen una rápida salida de la crisis global.

Así, los frentes abiertos para los próximos doce meses son especialmente complejos. Las respuestas se irán encontrando de forma paulatina y no todas han de ser satisfactorias. Es por esto que, tras un segundo semestre de 2009 de subidas continuadas, consideramos que en algún punto del 2010 pueden volver a producirse momentos de nerviosismo y volatilidad en los mercados.

David Blasco Palau (dblascop@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 10 de enero de 2010.


Volver