Dame más gasolina

Los inversores podrían cantar a Mario Draghi el estribillo de aquella horrible canción de reggaet que arras en las discotecas hace apenas una década: Dame más gasolina, quiero más gasolina. Y es que el presidente de la máxima autoridad monetaria de la Zona Euro compareció el pasado jueves ante los medios para abrir de nuevo el grifo de la liquidez y satisfacer a los inversores de medio mundo.

El BCE espera un aumento del flujo de crédito a la economía real al penalizar a los bancos por los excedentes de liquidez que depositan en sus arcas. Además, el BCE ha ofrecido a los bancos financiación a un tipo de interés ventajoso si esta financiación se destina a la concesión de créditos. Mario no quiso abandonar el atril sin dejar abierta la puerta en un futuro a cualquier otra medida que haga falta, como puede ser la compra a los bancos de deuda con colateral o incluso compra directa de deuda soberana.

Habría que ver con el tiempo si esta estrategia tiene el efecto deseado por Mario Draghi. Al fin y al cabo, con las empresas y familias en unos elevados niveles de endeudamiento, no es evidente que vaya a crecer el crédito en la medida deseada, por mucho dinero que ofrezca el BCE. No se trata tanto de un problema de oferta como de demanda.

Sin una demanda evidente, parece muy tentador para las entidades destinar este dinero barato a la compra de activos financieros que permitan obtener una rentabilidad superior al coste de financiación, estrategia que se conoce popularmente como carry trade. El hecho de que el BCE no haya impuesto sanciones por el uso de esta financiación a fines distintos de la concesión de crédito, más allá de tener que devolverla en un plazo de dos años en lugar de cuatro, parecen favorecer este comportamiento.

De esta forma, uno de los principales riesgos que conllevan las estrategias orquestadas por los bancos centrales, la generación de burbujas de valoración en activos financieros, parece tomar cada vez más forma.

Marcos Sánchez Bienzobas (msanchez@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 15 de junio de 2014