Servicio de estudios: Colaboraciones
30-11-2014

Europa no es Japón

Inflación por debajo del 1% hasta finales de 2016 y riesgo de entrada en una fase de recaída de la actividad que lleve al área euro a la deflación. Éste es el escenario que baraja la OCDE en sus últimas previsiones, en las que vuelve a llamar al BCE a que amplíe su programa de compra de activos (QE) para incorporar compras de deuda pública y corporativa por un importe de hasta un 7% del PIB de la región.


La deflación está causada por tres factores interrelacionados: primero, una caída en los salarios, lo que crea una deflación sostenida (las expectativas de futuros ingresos caen y las decisiones de compra se difieren), en segundo lugar, la deflación de activos, en particular los precios de la vivienda, y en tercer lugar, la contracción del crédito y el desapalancamiento del sector privado. Llegado a este punto, vuelven los fantasmas de “japonización”. Sin embargo nosotros vemos claras diferencias. En primer lugar los salarios nominales no están cayendo en la zona euro, y no pensamos que lo hagan en la mayoría de los países periféricos que ya han completado sus devaluaciones internas. Las caídas de los precios de la vivienda en Japón fueron mucho más abultadas que lo han sido en la zona euro, e incluso en algunas zonas los precios de la vivienda están ya subiendo. Por otra parte, los errores políticos aumentaron la espiral deflacionaria en Japón, mientras que las políticas en la zona euro están mostrando signos de gran proactividad, particularmente el BCE. Además, el apalancamiento empresarial en Japón en 1993 era un 50% superior al de Europa hoy. Por último hay otros dos factores que nos alejan bastante de sus tendencias: su pobre demografía, todavía más negativa que en Europa, y su posición de país neto acreedor que le permitía estar mucho más cómodo con la deflación que lo que le sucede al área euro que en agregado, es una zona deudora. Por tanto, “sayonara” a la deflación japonesa!.

Beatriz Catalán Corredor (bcatalan@ibercaja.es). Ibercaja Gestión. Heraldo de Aragón, 30 de noviembre de 2014


Volver