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EXPO 2008: EL MUSEO IBERCAJA CAMON AZNAR SERÁ EL ÚNICO DEL MUNDO EN OFRECER TODOS LOS GRABADOS DE GOYA
Se reabrirá al público esta primavera
Imágen de la rehabilitación y limpieza del patio del museo
El museo que alberga el renacentista Palacio de los Pardos tiene como pilar fundamental la única colección completa de grabados de Goya que se exhibe en el mundo y que, gracias a la Obra Social IberCaja –actual titular y gestora de la Institución- podrá verse por primera vez al completo. Lo excepcional de esta oferta ha llevado a que las colecciones se hayan vertebrado cronológicamente en torno a la figura de Goya. Además, se dota al conjunto de una gran sala de exposiciones que se abrirá con la muestra “Del Ebro a Iberia”.
En el proyecto se ha querido respetar al máximo el singular patio central, sustentado por grandes columnas de mármol, y que alberga la recepción. Desde aquí, se invita al visitante a adentrarse en el museo que se distribuye en tres plantas. La primera de ellas recoge fundamentalmente pintura de los siglos XV al XVIII.
Partiendo de un común denominador, la figura de Goya, la ciudad de Zaragoza y la figura de Camón Aznar, la segunda planta se distribuye en diferentes salas. Desde el deambulatorio que recorre en altura el patio central, y como preludio al magnífico conjunto de grabados del artista aragonés, se introduce al visitante en la obra de autores coetáneos y de aquellos que han hecho de Zaragoza su objeto artístico. Como tributo al mentor del museo se ha querido respetar la disposición original del despacho de Don José Camón Aznar, donde cuelgan retratos del gran historiador y su familia.
La última planta queda reservada a los siglos XIX y XX, donde se hace un recorrido por las últimas manifestaciones artísticas, haciendo especial hincapié en las Escuela de Madrid y Zaragoza.
Además, se ha dotado al museo de una gran sala de exposiciones temporales, aumentando en superficie el espacio que se dedicaba antes de la rehabilitación. Ello permitirá desarrollar un programa expositivo de gran riqueza destinado a acrecentar la oferta cultural y educativa en Zaragoza.
El espacio arquitectónico del museo se ha enriquecido sustancialmente al haber sustituido la anterior disposición de salas consecutivas muy subdivididas por un recorrido de continuidad espacial fluida, donde los elementos de soporte expositivo articulan los espacios sin cerrarlos.
Esta fluidez espacial se ha visto reforzada con el desmontaje de un forjado sobre-elevado en la planta segunda, que ha permitido abrir un nuevo patio en el Museo y establecer un nuevo diálogo arquitectónico entre el edificio clásico y la ampliación, enriqueciendo espacialmente la concepción del museo.
Así pues, es posible tener una percepción visual de todo el conjunto desde los distintos ámbitos del recorrido expositivo permitiendo relacionar continuamente las distintas partes del discurso museográfico.
Desde el punto de vista técnico la intervención arquitectónica realizada ha permitido abordar diversos problemas índole constructiva y estructural, centrados principalmente en el refuerzo de elementos de contacto con el terreno y en la sustitución de forjados y elementos con deterioros incompatibles con el uso de museo.
Los principales elementos de valor histórico, como el pórtico de fachada y las columnas del patio han sido sometidos a su vez al correspondiente proceso de limpieza y restauración, que junto con la instalación del nuevo lucernario central permitirá su correcta conservación.
La inclusión de dos nuevas escaleras de evacuación ha multiplicado la seguridad del visitante y han adecuado el edificio a las normativas de protección contra incendios.
De la misma manera se han renovado todas las instalaciones, no sólo adecuándolas a las últimas normativas vigentes, sino buscando el máximo confort del visitante y la mejor conservación posible de la obra pictórica.
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