LA SOBERANÍA DE LOS ESTADOS Y LA REINVERSIÓN EN LA SOCIEDAD JUSTIFICAN LA APUESTA POR EL DESARROLLO TECNOLÓGICO DE LA DEFENSA
- Expertos de la Universidad de Zaragoza, Ibercaja y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial debatieron sobre el alto impacto del desarrollo tecnológico de la Defensa
- El sector se ha revalorizado más de un 90% desde el conflicto de Ucrania y el escenario actual ofrece nuevas oportunidades de inversión
En la actualidad, los fondos de inversión apuestan poco por la Defensa debido a que “el sector tiene un bajo peso dentro de los índices de referencia y por la dificultad de aplicación de los criterios ASG en el sector”, indicó Miriam Fernández. Pero si los desarrollos en Defensa posteriormente tienen su aplicación en la sociedad civil, “¿por qué no abrazar esos desarrollos tecnológicos que se gestan en el sector?”, se preguntó la gestora de fondos de Ibercaja Gestión.
Los expertos analizaron puntos clave que justifican la inversión en el desarrollo tecnológico en Defensa. En primer lugar, señalaron que dicha inversión permite asegurar la soberanía de los Estados sin estar supeditados a una dependencia tecnológica. De hecho, en 2021 se creó el Fondo Europeo de Defensa con el objetivo de crear esas capacidades críticas. Beatriz Rodríguez también destacó que “la inversión en defensa no va en detrimento de otras inversiones. Además, más del 90% de las inversiones revierten en personas, empresas… Los desarrollos tecnológicos en defensa han acabado revirtiendo en la sociedad civil (por ejemplo, el GPS)”.
Javier Bermejo apuntó que él participa en las evaluaciones de los Fondos Europeos de Defensa (FED) y que “una de las cosas que se evalúa es el grado de independencia de Europa frente a Estados Unidos”. Los FED cuentan con un presupuesto para el periodo 2021-2027 de cerca de 8.000 millones de euros, de los que un tercio se destina a investigar cómo abordar las amenazas a la seguridad emergentes y futuras. Los dos tercios restantes van a parar al desarrollo de capacidades a través de proyectos colaborativos.
Es el caso del desarrollo o investigación de tecnologías disruptivas, como la IA o la ciberseguridad, que tengan el potencial de crear innovaciones revolucionarias en el sector. Estas tecnologías disruptivas pueden llevar aparejados riesgos y además se debe regular muy bien su uso. Con ese objetivo se ha creado el Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación en Jaén, que incentiva la colaboración entre el Ministerio de Defensa, universidades, centros de investigación, centros tecnológicos y empresas, y está basado en tres pilares: sistema de defensa anti-dron, vehículos inteligentes e inteligencia artificial.
El peligro de la ciberdelincuencia
Sobre la inversión que realizan los ciberdelincuentes también debatieron los expertos. Para Bermejo, que los ciberdelincuentes inviertan más que los países en Defensa “es una falsa impresión”. El ingeniero indicó que “los ciberdelincuentes invierten menos, lo que pasa es que es mucho más fácil atacar que defender. Los mayores ataques que se producen son de denegación de servicio. Este ataque depende del ancho de banda que se tenga contratado. Además, si tienes en marcha los procedimientos, en cuestión de minutos puedes restablecer las comunicaciones”.
Por ello, es fundamental contar con un proveedor que sea capaz de monitorizar y detectar el tráfico malicioso en tiempo real. “Hay que invertir mucho más para estar seguros. Una vez que ha sucedido el incidente, lo importante es saber cómo minimizar los impactos. En la UME se implantó lo que llamamos “situaciones basadas en efectos”. Por ejemplo, una vez ha habido un efecto en una central eléctrica, hay que intentar analizar qué efectos en cascada habría que evitar”, explicó Bermejo.
Soluciones y focos de inversión
A la hora de buscar soluciones y señalar en qué es mejor invertir, José María Yusta apuntó que “cada país europeo dota de soluciones distintas. Europa tiene problemas de autonomía estratégica. El reto más importante y donde necesitamos que se despliegue la tecnología es en el almacenamiento. Almacenamiento vía baterías eléctricas y paneles solares fotovoltaicos. Deberíamos apostar por el bombeo eléctrico si queremos asegurarnos autonomía en el almacenamiento”.
Beatriz Rodríguez destacó que la autosuficiencia energética es fundamental por ejemplo en las bases militares, ya que “para abastecer de energía a los contenedores militares hacía falta unos 3.000 litros de consumible fósil”. La solución puede pasar por optimizar el consumo modificando la construcción de las bases. “De esta manera se ha conseguido reducir el consumo en cerca de un 90%. Así sí que podemos plantearnos el uso de energía sostenible”, añadió Rodríguez.
El futuro de la inversión en Defensa
El sector de la Defensa se ha revalorizado más de un 90% desde el conflicto de Ucrania y “no se pueden dejar escapar oportunidades”, indicó Miriam Fernández, pero recordó que hay que tener claras cuáles son las líneas rojas y las exclusiones a la hora de invertir. “Las compañías de defensa se caracterizan por sus grandes conglomerados de accionistas, los accionistas minoritarios son pocos y tienen poco poder de decisión. Se trata de un sector que no es sensible al ciclo económico y con retornos históricos irregulares”, explicó la experta. Al producirse este punto de inflexión, se prevé una estabilización de los flujos de caja que revertirán en una mayor remuneración al accionista.
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