RENTA FIJA O RENTA VARIABLE
Alberto Blasco. Diari de Tarragona.
En las ciencias existen las exactas y las sociales. Las matemáticas son exactas porque se basan en un sistema formal con axiomas determinados, por otra parte, la sociología es una ciencia social porque estudia los comportamientos humanos sin llegar a tener la posibilidad de determinar con exactitud el comportamiento futuro de los mismo.
En finanzas existen estas dos ramas, la renta fija es el mecanismo que tiene el mercado para encontrar los agentes que necesitan financiación y aquellos que están dispuestos a darla. El mundo de la renta fija está basado en las matemáticas.
El contrato firmado entre partes establece con claridad la fecha y el importe de los pagos futuros de la transacción. Si el tipo de interés es del 4%, los pagos serán de ese importe, por lo tanto, el rendimiento en plazos es conocido a priori, por eso la renta “fija” tiene ese nombre, porque los flujos futuros son fijos. Esto no quiere decir que por el camino de la inversión los precios fluctúen, de hecho, fluctuarán en mayor medida cuanto mayor sea el plazo de la inversión, dependiendo del concepto matemático de la duración, pero lo que es seguro es que al final del camino el retorno será el apalabrado en el primer momento.
En el otro lado, la renta variable, es el mecanismo que tiene el mercado para encontrar agentes dispuestos a invertir en una empresa como propietarios. Aquí los flujos no son conocidos ni en tiempo ni en cuantía, de ahí su nombre “variable”. En este caso, la ciencia que aplica es la sociología, porque los flujos futuros dependen del comportamiento de los negocios que son variables y además a la valoración actual de los mismos es incluso más volátil que los propios negocios. La fluctuación en los precios es debida a muchos más factores que en el caso de la renta fija en la que sólo afecta el tipo de interés, aquí las emociones son claves y en este caso muchas veces el precio construye el relato.
Que la historia la escriben los vencedores también es aplicable para los mercados financieros. Cuando un activo tiene un resultado extraordinario siempre surgen un montón de narrativas explicando los hechos sucedidos. Muchas de ellas son de una precisión quirúrgica y de un poder visionario fantástico, el problema es que los relatos casi siempre vienen después de los precios, por no hablar del sesgo de supervivencia, sólo se habla de los triunfadores, nunca de los derrotados. A toro pasado todos somos Manolete.
Además, estos relatos se vuelven incrementales para seguir justificando la evolución del precio, cuanto más sube, más motivos obvios había que lo justificaban. Resulta que en la dirección contraria ocurre lo mismo, cuando el precio empieza a bajar el relato cambia y se vuelve negacionista y oscuro, cuando no desaparece por completo y se silencian.
El caso es que las narrativas impactantes son las que se venden más a corto plazo, las más calientes y que más portadas acaparan. Son las narrativas que marcan los dientes de sierra que tanto cuesta asumir al inversor. Sin embargo, las historias más aburridas, que se repiten todos los años y que no cambian el guion significativamente, son las que pasan desapercibidas dentro del ruido mediático, pero son las que marcan la tendencia y dirección de la sierra, es decir, son las importantes y las que nos harán ganar dinero.
Alberto Blasco. (ablascoc@ibercaja.es).
Gestor de Inversiones de Banca Privada de Ibercaja.
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