Servicio de estudios: Colaboraciones
03-06-2024

MAS ALLÁ DEL BCE Y LA FED

Cristina Gavín. Diari de Tarragona


Comenzamos junio, y los mercados focalizan su atención en las reuniones que a lo largo del mes van a celebrar los diferentes bancos centrales. El interés que despiertan no es gratuito, y es que sus decisiones en política monetaria pueden condicionar en gran medida el entorno de crecimiento y evolución de precios al que nos vamos a enfrentar de cara al próximo ciclo.

Las citas del BCE y la Reserva Federal acaparan la mayor parte de titulares y artículos de opinión, no en vano son los más relevantes y los que más influencia tienen sobre la economía a nivel mundial. Sin embargo, me van a permitir que dedique el grueso de este artículo al Banco de Japón, el cual, junto con el Banco de Inglaterra, a pesar de pasar más desapercibidos, también se reúnen este mes, y en el caso del primero con una coyuntura especialmente interesante.

Admito que, para los inversores europeos, el BoJ nos pilla algo lejos, pero no hay que olvidar que tiene una relevancia considerable en los mercados financieros y de divisas, especialmente por su influencia en el sudeste asiático, y, por ende, en el crecimiento a nivel mundial, por lo que no está de más prestarle cierta atención.

Si empezamos echando la vista atrás, en marzo de este año, Japón aprobaba la primera subida de su tipo de intervención en 17 años y ponía fin a su política monetaria de control de curva de tipos, algo que los inversores venían descontando desde hacía tiempo y que hizo que la reacción del mercado fuera limitada en el momento del anuncio, y es que llevábamos meses viendo un progresivo repunte de la curva japonesa a la espera de la confirmación de la noticia. Esta medida iba encaminada asimismo a apoyar la evolución del yen, y es que la divisa nipona estaba viéndose fuertemente penalizada desde hacía tiempo. No hago spoiler si digo que la debilidad del yen ha continuado.  ¿El motivo? A pesar del giro de la política monetaria, ésta sigue siendo muy laxa, lo que, unido al discurso más agresivo de otras autoridades bancarias a nivel mundial, sigue condicionando la economía japonesa tanto en materia de tipos como de inflación y castigando consecuentemente a la divisa.

Por este motivo, la reunión de este próximo 13 de junio resulta especialmente interesante por el dilema al que se enfrenta el Banco de Japón. Déjenme que les explique.  Por un lado, los datos de crecimiento que hemos conocido las últimas semanas referentes a la economía del país despiertan muchas dudas. La debilidad en la demanda doméstica y la inversión empresarial han llevado al PIB japonés del primer trimestre del año a situarse en terreno claramente negativo (-2%), muy por debajo de lo anticipado, por lo que una política monetaria laxa parece seguir siendo necesaria para apoyar el consumo. Por otro lado, la necesidad de apoyar a un debilitado yen, y evitar posibles tensiones inflacionistas que generen espirales no deseadas hace necesario continuar con el camino iniciado en marzo de progresiva reducción del estímulo monetario.  En esta coyuntura, el BOJ anunció hace dos semanas, contra todo pronóstico, una reducción en el ritmo de compra de activos, por lo que parece que está optando por ese lado de la balanza.  Con todo esto, será interesante prestar atención al discurso de Kuroda, -presidente del Banco de Japón- para saber qué podemos esperar de cara a los próximo meses, lo cual va a ser clave y puede marcar la coyuntura de esa parte del mundo, cada vez más importante en un contexto globalizado.

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