Servicio de estudios: Colaboraciones
15-10-2024

CON EL FOCO EN LA TRANSICIÓN

Miriam Fernández. El Economista

Con toda la problemática inherente a la evolución de la regulación de las inversiones sostenibles en Europa, no debemos olvidar el foco, que es la financiación de la transición climática. El artículo 2.17 SFDR no está ayudando a destinar financiación a proyectos sostenibles, y tampoco está funcionando la Taxonomía europea. De media, la alineación taxonómica de ingresos es del 10%, si bien ligeramente superior en inversiones, del 14%, lo que, al menos, es una señal que apunta en la dirección correcta.
ç
La Taxonomía es un instrumento que ha puesto cifras al problema, nos dice que tenemos fiebre con rigurosidad científica, pero no sirve a la industria de gestión de activos. El objetivo es que el sector financiero no solo financie lo que ya es “verde” sino también a aquellas compañías que estén transicionando hacia modelos de negocio compatibles con los Acuerdos de París. En relación con la diversificación sectorial de los fondos ASG, si bien la coyuntura experimentada en mercados en 2022 (guerra de Ucrania) y 2023 (tipos de interés en máximos que perjudican inversiones transformacionales) ha forzado la ampliación del espectro de nombres en carteras ASG, el posicionamiento de estas carteras refleja el bajo peso de sectores clave para contribuir a la descarbonización global. Mineras, petróleo y gas, eléctricas continúan con fuerte infraponderación. Es por ello por lo que una etiqueta de fondo de transición pudiera ayudar a facilitar dicha movilización.

Según Net Zero Tracker, alrededor del 87% de las emisiones globales y el 93% del PIB están cubiertos por un objetivo net-zero, si bien todavía tienen que causar esa influencia material en la trayectoria de emisiones. Si bien la referencia a objetivos de descarbonización validados por SBTi sigue siendo el consenso por parte de los participantes de los mercados financieros a la hora de evaluar la transición y, también, la cualificación como inversión sostenible acorde al 2.17 SFDR, la Plataforma de Finanzas Sostenibles de la UE pone el foco en el capex (inversiones), como medida forward-looking clave para validar la credibilidad de los planes de transición. Así, la problemática de la valoración actual del DNSH quedaría en cierto modo, “apaciguada”. SBTi es una herramienta útil e independiente para los inversores a la hora de percibir el nivel de ambición de la empresa en cuanto a su compromiso con la descarbonización. Si bien el número de compañías objetivos SBTi ha incrementado un 67% al año desde 2018, una tercera parte pertenecen al sector servicios que, generalmente, tiene una huella de carbono limitada. SBTi también adolece de otras críticas, como su sobre dependencia a datos reportados sin verificación apropiada, sus recursos limitados y la falta de estándar para sectores de difícil descarbonización como aluminio, edificación, química y acero.

Según CDP, 1 de cada 4 compañías reportaron planes de transición en 2023, un 50% más que en 2022; y un 39% de las mismas desglosan la mayoría de los KPIs necesarios para evaluar correctamente la credibilidad de éstos. No solo para las compañías, sino también para las gestoras de activos alineadas con NZAMi es clave disponer de un marco de evaluación de transición de las compañías en cartera. Tras la clasificación de Reino Unido y la potencial reproducción de dicho sistema de etiquetado de fondos en nuestra SFDR 2.0, el interés por los fondos de transición pudiera claramente crecer.

La calidad del dato y la inconsistencia en metodologías de reporte afectan a la usabilidad de la Taxonomía y la evaluación de los planes de transición. La Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), de aplicación a partir de 2025, requiere a las instituciones financieras desglosar la alineación de su estrategia con un escenario 1.50C. El plan de transición deberá contener elementos que cubran riesgos de transición, inversiones y financiación incremental asociada, etc. Por su parte, la Directiva CSDDD, de aplicación posterior, sin imponer requisitos adicionales, ahonda en la ejecución de los planes de transición y su actualización cada 12 meses. CDP y Net-Zero Data Public Utility (NZDPU) han expandido su acuerdo para poner a disposición del público, sin coste, información sobre clima y transición de más de 10.000 compañías, alrededor de la mitad de la capitalización de mercado global. CDP está alineado con el estándar climático ISSB, IFRS S2, y también con los estándares de reporte de sostenibilidad europeos (ESRS). Seguimos, por tanto, en la senda para incorporar los riesgos y oportunidades climáticos en la estrategia corporativa.
 
Miriam Fernández Jiménez
Jefa de Inversión Temática en Ibercaja Gestión
 
Volver